¡CoopCycle en Argentina!

Facttic

El trabajo de plataformas –que se sirve de la intermediación de una plataforma digital para realizar una tarea o prestar un servicio– ha despertado el interés de trabajadores/as organizados/as y de diversos movimientos sociales en todo el mundo. Distintos espacios académicos se encuentran evaluando las plataformas digitales de trabajo; sus análisis podrían animar a las clases trabajadoras a ganar poder asociativo. Pero las organizaciones activistas, las universidades, las organizaciones sociales y los gobiernos también persiguen otra estrategia: trabajan para impulsar el cooperativismo de plataformas, un movimiento basado en la gobernanza democrática y la propiedad comunitaria en la economía digital.

En esta publicación, acerco una introducción a mi proyecto de beca en el marco del Instituto para la Economía Digital Cooperativa (ICDE) de The New School. Inspirada por el trabajo del académico estadounidense Erik Olin Wright y el dúo feminista que utiliza el seudónimo J. K. Gibson-Graham, sugiero que las cooperativas de plataforma pueden contribuir a que las personas se unan para gestionar recursos y reproducir sus condiciones de vida de forma colectiva. Esto podría cambiar la forma en que se concibe la economía en su conjunto.

CoopCycle es una de esas cooperativas. Se trata de una federación de cooperativas de reparto en bicicleta, así como de una infraestructura digital de ciclo-logística. En la actualidad, la federación alberga unos 70 colectivos, la gran mayoría de ellos en Europa Occidental. El software fue creado por una organización de voluntarios. Para garantizar la democracia, la organización formó una federación, concebida como precursora de una cooperativa de actores múltiples. Los colectivos de reparto votaron el primer consejo en 2021.

La disponibilidad de un software de delivery para cooperativas federadas es, sin duda, un hito en el ecosistema del cooperativismo de plataformas. CoopCycle se distingue de las plataformas no cooperativas por su licencia Coopyleft y su estructura federada. Por ejemplo, la tarifa por los servidores, el mantenimiento y el soporte se decide democráticamente entre las cooperativas de la federación. Aunque cada cooperativa es única, todas garantizan mejores condiciones de trabajo.

Una de las ventajas de las plataformas digitales es su potencial para escalar, es decir, la capacidad de adaptarse y responder a los cambios en el número, el tipo y la ubicación de las partes interesadas, y por lo tanto, ser funcionales en distintos contextos. Dado que las plataformas corporativas se basan en los efectos de red para mantener sus modelos de negocio dirigidos a conformar monopolios, tiene sentido reflexionar sobre los modos en que las cooperativas de plataforma pueden crecer y prosperar. Los recursos federados y la cooperación entre cooperativas pueden ayudar a ampliar las estructuras y prácticas anticapitalistas, transformando así las relaciones de poder.

Sin embargo, que CoopCycle y otras cooperativas de plataforma escalen hacia otras regiones, por fuera de sus comunidades de origen en Europa, no es automático. ¿Cuánto puede extenderse el cambio social? ¿Las plataformas deben crecer en tamaño a pesar de las conocidas amenazas a la democracia y la identidad que esto puede conllevar? ¿Deberíamos abordar la cuestión de la escala en términos de replicabilidad y difusión o, más bien, de adaptabilidad y re-territorialización? ¿Cómo fortalecer a CoopCycle en tanto herramienta de empoderamiento social en Europa y América Latina?

Con estas preguntas en mente, comencé el trabajo de campo para investigar la implementación de CoopCycle por parte de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnología, Innovación y Conocimiento (FACTTIC), una federación con casi una década de experiencia de trabajo intercooperativo y colaborativo. “[La localización de CoopCycle] era una idea y en un momento se pide el financiamiento”, me explicó un miembro de FACTTIC. “Y cuando sale [el financiamiento] fue ‘listo, salió el financiamiento, ¿lo hacemos? ¿Traemos CoopCycle acá?’”. Así, el proceso argentino, originado a partir del trabajo de una federación parcialmente financiada por el Estado, parecía ser bastante distinto de la trayectoria europea de la asociación francesa. En este sentido, me pregunté: ¿Cuáles son los roles del Estado y de la federación en el proceso de implementación en la Argentina? ¿Cómo se conjugan sus diferentes lógicas? ¿Cuáles son los aspectos positivos, las limitaciones y los desafíos de CoopCycle en Argentina?

A partir de la investigación, identifiqué una serie de factores que impactan en la viabilidad de la implementación local de CoopCycle. La disponibilidad del software “heredado” de la experiencia europea fue un factor clave. Otras condiciones contextuales también favorecieron el proceso. El marco legal cooperativo no parece ser una barrera. El movimiento cooperativo, relativamente grande y denso, podría acoger a la plataforma cooperativa naciente. Además, las cooperativas de reparto podrían prosperar en un país altamente urbanizado como Argentina, que cuenta con infraestructura urbana para bicicletas en sus principales ciudades. Sin embargo, estas condiciones contextuales también plantean algunos retos y limitaciones. Por ejemplo, los procesos de urbanización en América Latina se han basado en desigualdades estructurales que generan una dispersión de la población y servicios deficientes o inexistentes en las periferias de las ciudades. 

Los recursos organizacionales de FACTTIC también fueron fundamentales. Tras varios años de colaboración e intercambio con el equipo europeo, en diciembre de 2021 se puso en marcha CoopCycle Latinoamérica. Argentina, Chile, México y Uruguay son algunos de los países representados en esta red. El Estado también ha sido un actor importante en el proceso, aportando los dos principales financiamientos para la implementación local hasta la fecha. Otro elemento que fortalece el proceso es la formación de redes y la vinculación del proyecto con otros actores de la economía social y solidaria, tales como federaciones de cooperativas, universidades, organismos estatales, organizaciones no gubernamentales, instituciones financieras cooperativas y cooperativas de otros sectores de actividad. Dentro de estas redes circulan recursos económicos y políticos que posibilitan el crecimiento de CoopCycle en el país, la diversificación de conocimientos aplicados al proyecto, y la asistencia técnica, por ejemplo, en cuestiones legales y administrativas.

A pesar de los aspectos positivos de CoopCycle, el cooperativismo y los proyectos económicos alternativos suelen toparse con prejuicios y estereotipos producto del desconocimiento. Si además consideramos la presencia de tecnología, la situación empeora. Frente a esta desconfianza, las ciencias sociales emancipadoras generan conocimiento para contribuir a la construcción de un orden social post-capitalista. Por lo tanto, mi investigación como becaria del ICDE este año se centrará en determinar y comunicar la ventaja cooperativa de CoopCycle para los/as trabajadores/as y las comunidades de la Argentina.

¿Qué opinan sobre el papel de las cooperativas de plataforma para construir mayor igualdad y democracia en América Latina?

Crédito de la foto: Facttic, taller CoopCycle